Diálogos sobre Bioética

SANCHEZ
A partir de su aparición la Bioética asomó como una meditación cuyo eje central gira en torno al ser humano y su íntima presencia y participación en el planeta Tierra.
En otras palabras, su objetivo determinante consiste en precisar los valores y normas que conduzcan la actividad humana por un camino que, en combinación con la
medicina, la genética y la tecnología, permita un trámite adecuado de su vida en la biosfera sin perjudicar esta última.

CELORIA
Tú formaste mis entrañas. Tú me tejiste en el vientre de mi madre. Te alabaré por el hermoso modo en que me hiciste. ¡Qué admirables son tus obras, Señor!
Salmo 138
Cada día comienza, en cierto modo, con un nacimiento y acaba con una muerte, cada día es como una vida en miniatura
El amanecer en las cumbres nevadas ilumina la majestuosidad de la Creación. El amanecer en el mar descubre la fuerza impetuosa de las olas rompiendo en las rocas de los acantilados. El amanecer en la selva despierta la vida oculta de las plantas y de los animales...
Hay también un amanecer en la oscuridad silenciosa del útero materno en donde al unirse un óvulo y un espermatozoide comienza un maravilloso espectáculo
biológico, que en una danza y diálogo entre moléculas, intercambian tesoros
genéticos para recibir el don de la vida en un nuevo ser humano, único e irrepetible, guardado celosamente en el seno materno y destinado a participar de la Vida Eterna de su Creador, después de una mañana, de un mediodía, de una tarde, de un
atardecer y de una noche.
A partir de esa unión, hay una persona humana unicelular (cigoto) que cuenta en su genoma toda la información necesaria para crecer, multiplicarse y diferenciarse en tejidos y órganos que configurarán a medida que transcurran las horas, los días, los meses y los años, ... un embrión, un feto, un niño, un joven, un adulto y un anciano.